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Resumen: La sostenibilidad se ha consolidado como un eje central en el sector financiero, integrando criterios ambientales, sociales y de gobernanza en la gestión de riesgos y operaciones bancarias. A nivel internacional, persiste el reto de armonizar los estándares regulatorios, lo que complica la aplicación uniforme de requerimientos de capital vinculados a riesgos ASG. Pese a estas diferencias regionales, existe un consenso creciente sobre la necesidad de avanzar hacia una supervisión financiera más alineada con los principios de sostenibilidad. 

 

En los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en un eje central para empresas y reguladores. Este concepto, representado por las siglas ASG (Ambiental, Social y de Gobierno), aborda tres áreas clave para un desarrollo corporativo más responsable: el medioambiente, el impacto social y la gobernanza de las organizaciones. La evolución de este enfoque ha estado marcada por un creciente desarrollo jurídico y regulatorio. El objeto de esto es integrar factores sostenibles en las operaciones empresariales y ha adquirido relevancia a través del fortalecimiento de regulaciones globales. 

 

Si bien la sostenibilidad no es exclusiva del sector financiero, se ha convertido en un mecanismo esencial para promover la transición hacia una economía más responsable y sustentable. Las regulaciones europeas, en particular, han adoptado un enfoque de "finanzas sostenibles", donde se busca que el sector actúe como una palanca para transformar la economía hacia modelos perdurables y eficaces, sin necesidad de utilizar recursos públicos. Esto se hace a través de la implementación de obligaciones regulatorias que empujan a las entidades financieras a incentivar prácticas ASG en las empresas y en su propia operación. 

 

Los intermediarios financieros, particularmente los bancos, son piezas clave en esta transformación, ya que, a través de la provisión de financiamiento, pueden influir directamente en el comportamiento de las empresas. Adicionalmente, la gestión de riesgos por parte de los bancos ahora incorpora, además de los riesgos financieros tradicionales, los   riesgos no financieros; como los asociados al cambio climático. Esto se evidencia en la implementación de pruebas de estrés de riesgo climático por parte de entidades regulatorias, como el Banco Central Europeo. 

 

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea se encuentra actualmente en un debate clave sobre cómo adaptar los requerimientos de capital para los bancos, en función de su gestión de riesgos, en particular con relación al riesgo ASG (ambiental, social y de gobernanza). El dilema gira en torno a si imponer un requerimiento de capital adicional general para todos los bancos o ajustarlo de manera individual, aplicando supervisión caso por caso (conocida como Pilar 2) a aquellas instituciones financieras que no gestionen adecuadamente estos riesgos. La primera problemática que enfrenta Basilea en este ámbito es la falta de armonización global. La ausencia de una normativa uniforme a nivel internacional dificulta la implementación de requisitos de capital coherentes. Mientras que Europa avanza en la creación de una taxonomía y normativa homogénea sobre temas ASG, Estados Unidos aún no ha desarrollado estándares comparables. Esta disparidad hace compleja la imposición de un requerimiento de capital generalizado y efectivo a nivel global. 

 

En conclusión, el sector bancario juega un rol fundamental en la transición hacia la sostenibilidad, actuando como motor de cambio para toda la economía. El tema ASG ha llegado para quedarse y es fundamental para el futuro de la supervisión bancaria. Aunque la velocidad de adopción es distinta en cada región, existe un consenso creciente sobre la importancia de avanzar en esta dirección, con Europa liderando este cambio a nivel regulatorio. Esto constituye una fuente de motivación para los bancos y sus consejos de administración, que han tomado la decisión de adaptarse a este nuevo escenario normativo y de gestión de riesgos, que tiene implicaciones significativas para su operación y estructura de capital.

 

Referencias: 

 

Fondo Monetario Internacional (IMF). 2022. The Impact of Climate Change and Environmental Policies on Economic Growth. 

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 2021. ESG Investing and Climate Transition: The Role of Regulation. 

KPMG. 2022. Banking on a Sustainable Future: The Role of Banks in Climate Risk Management. 

Banco Central Europeo (CEB). 2021. ECB Economy-wide Climate Stress Test. 

McKinsey & Company. 2022. Adapting Basel Standards for ESG Risks: A Global Perspective. 

Banco de Pagos Internacionales (BIS). 2022. Climate-related Financial Risks: A Survey on Current Initiatives. 

Autoridad Bancaria Europea (EBA). 2021. EBA Report on Management and Supervision of ESG Risks for Credit Institutions and Investment Firms. 

Banco de Pagos Internacionales (BIS). 2022. Greening the Financial System: The Role of Banks and Regulators. 

McKinsey & Company. 2022. Navigating ESG Regulations: Implications for Banks and Their Boards. 

Blog institucional

Integración de los factores de sostenibilidad en el sector financiero